miércoles, 29 de agosto de 2012

Armonia de colores.


La rueda de color, para decorar y combinar con acierto.

           
Mezclar, combinar y conjuntar los colores es la base de toda buena decoración. Y no todo puede depender de la intuición y el presunto buen gusto. Combinar colores tiene sus reglas y muchas están en la rueda de color o círculo cromático. Se trata, recuerda de un diagrama circular en el que se representan los colores primarios -rojo, amarillo y azul- y sus combinaciones.

La rueda ayuda a acertar al combinar los colores. Estos colores se colocan de forma alterna, de modo que los complementarios queden enfrentados: rojo-verde, naranja-azul y amarillo-violeta. Esta rueda es muy útil en trabajos de diseño y decoración, ya que ayuda a planificar el trabajo y a acertar en la combinación de colores.

Colores primarios

Rojo, amarillo y azul. Los colores primarios reciben este nombre porque no se pueden crear a partir de ningún otro color. En cambio, combinados entre sí dan lugar a otras tonalidades. El efecto puro que transmiten se puede suavizar si se mezclan con gris u otros tonos neutros.

Una combinación apropiada mezcla los tonos azules y blancos el color rojo es cálido y atrevido a la vez. Estimula la mente, da energía y excita los sentidos, por lo que se recomienda su uso en estancias destinadas al entretenimiento, como el salón de la vivienda.

Por el contrario, el azul denota calma, serenidad y frescura, como la visión del cielo o el mar. No obstante, los tonos más pálidos combinados con una iluminación de poca intensidad pueden resultar demasiado fríos. Una combinación apropiada mezcla los tonos azules y blancos.

El amarillo combina la energía y vitalidad características del rojo, con la calidez de los azules. Al igual que el sol, el amarillo llena de luz las habitaciones y hace que éstas brillen en los días nublados. Combinado con colores cálidos como los rojos, naranjas y púrpuras, crea un ambiente íntimo y acogedor.

Colores secundarios

Los colores secundarios también son tres: naranja, verde y violeta. Estos provienen de mezclar en cantidades iguales los dos colores primarios que están a sus lados en la rueda de color. Estas mezclas amplían las opciones de tono, lo que favorece las posibilidades decorativas.

El verde da vida a las habitaciones y favorece la concentración aunque su intensidad puede abrumar, el naranja es un color acogedor, atractivo y cálido, que sugiere intimidad. Aporta un tono acogedor y luminoso a las estancias frías o con poca iluminación natural.

El verde es el color por excelencia de la primavera y la naturaleza, del crecimiento y la renovación, del equilibrio y la armonía. Además de dar vida a las habitaciones, es un color que favorece la concentración, por lo que es idóneo para estancias donde se realicen tareas que requieran atención.

Desde el lavanda, al lila o al malva. La gama de matices del color violeta es muy amplia, aunque el más fresco y natural, sobre todo si se combina con verde o blanco, es el lavanda. La tendencia un tanto opresiva del violeta se puede mitigar si se mezcla con naranjas o amarillos. Los tonos más pálidos son los más indicados para las habitaciones personales, como los dormitorios y los estudios.

Ejes que combinan bien.

Los colores conocidos como pares complementarios quedan enfrentados, son los opuestos en la rueda de color. Estos pares están formados por un color primario y otro secundario: rojo-verde, naranja-azul y amarillo-violeta. Aunque opuestos, esto colores se complementan y combinan entre ellos.

La combinación rojo-verde tiene un efecto dinámico: el rojo aporta el efecto estimulante y el verde, el toque de equilibrio. En el dúo azul-naranja, la intensidad de este último color se compensa con la calma y la serenidad que desprende el azul. Respecto a la mezcla de color amarillo-violeta, la vitalidad y alegría que caracterizan al amarillo compensan el punto irritante que puede tener el violeta.


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